Silvestre Revueltas (1989-1940), la revolución musical mexicana

“Sur-versiones musicales” se inaugura presentando a un hombre profundamente comprometido con la realidad político-musical -no sólo de su México natal- durante la primera mitad del siglo XX. Su nombre es sinónimo de lucha y reivindicación de derechos, símbolo de la independencia musical latinoamericana y de la música como revolución del alma y de las conciencias.

Silvestre Revueltas nació en México el último día del siglo XIX y es considerado en la actualidad el más grande exponente de la música “académica” mexicana, posiblemente el mejor compositor latinoamericano y el más conocido de ellos a nivel internacional. Polifacético, virtuoso del violín y también director de orquesta, sus logros musicales estuvieron siempre a la altura de sus convicciones políticas. No es casualidad que su formación se haya realizado durante los años de la Revolución Mexicana.

Nunca dejó de ser un personaje provocador de sentimientos contradictorios, con una intensidad emotiva casi ineludible, desde sus opiniones y compromiso político (defensor del Partido Comunista Mexicano y miembro de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios) hasta sus particular “estilo” musical (entre el nacionalismo musical mexicano y las corrientes más vanguardistas -provenientes de la Europa de principios del siglo XX- tales como el impresionismo francés o el expresionismo alemán).

Sur-versión político-musical

Defensor de la corriente comunista leninista, fue acérrimo opositor al trotskismo, imperialismo y fascismo. Luego del fusilamiento de Federico García Lorca en 1936, viajó a España donde participó en la lucha armada y cultural. Además de ayudar militarmente al frente anti-franquista, durante su estadía dirigió varias de sus obras con las orquestas de Barcelona, Valencia y Madrid. Su pesar antes de su regreso en 1938 se refleja en sus palabras: «Siento mi dolor y mi impotencia estrujarse dentro de mí, sin luz, en desaliento. ¿Qué soy ante esta tragedia? ¿Qué puedo hacer? Me avergüenza ir tranquilamente por la calle. Siento envidia del más humilde de los combatientes. Me agobia el pensamiento de nuestra obra de artistas, llena de vanidad, de presunción» (Valencia julio de 1937).

Dentro de la Liga Escritores y de Artistas Revolucionarios (LEAR) que estaba formada por otros conocidos compositores como Hernández Moncada, José Pomar y Luis Sandi, llegó a ser miembro de Comité Ejecutivo, además de cofundador. Ésta era una de las instituciones más progresistas por aquel entonces, contrafuerza ideológico-musical al Sindicato de Músicos de la República Mexicana cuyos miembros formarían la Orquesta Sinfónica de México (OSM), dirigida por Carlos Chávez, hasta 1935 gran amigo de Revueltas.

Este enfrentamiento entre revueltistas y chavistas conllevó a que Revueltas y otros compositores de la época dejaran de ser interpretados por la OSM, único organismo sinfónico profesional del país. Esto probablemente contribuyo al rápido deterioro de su salud, no llegó a cumplir 40 años, murió solo y pobre el 5 de octubre de 1940. La ironía del destino o más bien la acertividad de sus reflexiones lo harán encontrar una muerte que él no había cesado de denunciar en vida: «¿Por qué un artista, un creador ha de sufrir hambres y miserias? Aquí descansa, entre nosotros, el secreto del fracaso de la cultura de México como pueblo. Somos un país de descamisados y de zánganos. Se desprecia al músico, al pintor, al poeta, por considerarlos como a los bufones que cabriolean en los banquetes de los burócratas» (México 1932).

Su posición siempre crítica al conformismo colonial mexicano, a la banalización del trabajo del artista y a la mal llamada “tradición”, lo condenaron a vivir sus últimos años en el ostracismo. Con Revueltas, la historia dará crédito al dicho: el mejor compositor es el que lleva más de 40 años muerto. Sus obras volvieron a las salas de concierto mexicanas sólo después de la muerte de Carlos Chávez (1989-1978).

La música como revolución

Existe una gran discusión sobre cuál sería el estilo en el que podríamos encasillar a sus composiciones, durante muchos años se lo incluyó dentro de los compositores nacionalistas, pero para otros sus obras transcendieron dichos límites situándolo en la vanguardia latinoamericana. A pesar de que no dejan de ser bastante estériles dichas etiquetas, podemos afirmar que en sus obras (principalmente en las primeras) vemos aires de impresionismo francés dado su admiración por Claude Debussy, pero en general su estilo está libre de ataduras, siempre inconformista.

Su composiciones son siempre evocativas, no por nada su música descriptiva es la que más ha trascendido. Su obra Sensemayá (1938), basada en un poema homónimo del cubano Nicolás Guillén, es la obra mexicana (por su compositor) más analizada, tocada y grabada en la historia de la música. Pero esta composición no es típicamente mexicana, más bien el uso de la percusión afroamericana es de notoria influencia antillana, hace recordar las obras más “primitivistas” de Igor Stravinsky, donde el ritmo se impone violentamente. Otras de sus composiciones más famosas, es la banda sonora de la película La Noche de los Mayas (1939), música que llega a ser perturbadora por momentos, también con fuertes elementos percusivos.

A favor de lo “nacionalistas” mexicanos, se puede decir que muchas de sus composiciones incluyen ritmos y armonías típicas del folclore mexicano, no obstante no son tan audibles como otras famosas obras: el Huapango de Juan Pablo Moncayo o la Sinfónía India de Carlos Chávez. Fue gran admirador del español Manuel de Falla (gran exponente del nacionalismo español), quien así definía la función del músico “académico” y la música autóctona: «Lo esencial está en el pueblo. No me gusta copiar el verdadero material folclórico; pero se debe acudir a las fuentes naturales, vivientes, estudiar los sonidos, los ritmos, utilizar su esencia…»

El catálogo, supuestamente completo de las obras de Revueltas, apareció publicado por primera vez en 1998. Actualmente se sabe que hay obras todavía sin editar, tal vez sigue pagando por los “pecados” cometidos en vida, por ejemplo, sus revueltas contra los críticos musicales: «la crítica musical en México se destaca por su ignorancia, por su mala fe, y por su decidido empeño en desorientar al público de los conciertos».

Más allá de una revuelta silvestre

Transversal a estilos y etiquetas, superfluas al fin y al cabo, su música ha logrado trascender a la persona, misión de todo artista que se precie de serlo. Su obra es cada vez más apreciada, escuchada e interpretada, tiene lo que muchas veces no se puede explicar con palabras. Tiene fuerza y energía, llegando a ser grotesca y hasta desagradable por momentos, pero no deja de ser atractiva y vigorosa. Subjetivamente nacionalista y/o vanguardista, tan rica en elementos diversos como en el sentido político que los alimentó.

En 1975 sus restos fueron trasladados a la Rotonda de los Hombres Ilustres, donde todavía descansa hoy. En su epitafio dice: «Hijo de la tierra, niño de la tierra, desde hoy entras en el tiempo. Desde hoy tu nombre lleno de música volará cuando se toque tu patria como desde una campana…» (Pablo Neruda).

La Revolución Musical tuvo dos padres: Silvestre Revueltas y Carlos Chávez. Mientras Chávez terminó siendo más pragmático e institucionalizado, Revueltas le supo dar un fuerte contenido político y de lucha simbólica, contra la idea preconcebida de la música “académica” como frívola e intrascendente, música que puede llegar a ser orgánica y vital, como el folclore mismo.

Posiblemente su principal enseñanza, fue demostrar -o al menos intentar- que el músico en general, “clásico” o “popular”, tiene una misión u obligación revolucionaria, en el sentido amplio de la palabra; que el músico «clásico» o “culto” puede ser popular (si su mensaje es sincero y comprometido); y que el músico popular, del pueblo, es un clásico por definición aunque no tenga formación académica, ni curriculum…

Contra los estatus predeterminados, contra la música de elite, contra el fascismo de una sociedad colonial, él propone una silvestre revuelta del arte musical y de la sociedad en la cual le tocará vivir.

Freiburg, marzo 2012

Bibliografía consultada

Palencia Alonso, Hector – Voces Magistrales / Silvestre Revueltas
http://es.wikipedia.org/wiki/Silvestre_Revueltas
Revueltas, Rosaura – Silvestre Revueltas, por él mismo (1989)
http://www.cabanasenlasierra.com/mi_ciudad_evento.php?evento=NDQ5MA%3D%3D
http://www.proverbia.net/citastema.asp?tematica=57