Hace una semana la totalidad de 2.500 presos que habitan la prisión de Colina 1, en la Región Metropolitana de Santiago, iniciaron una huelga de hambre para protestar por las malas condiciones de vida al interior del penal, el trato vejatorio y los castigos injustificados que reciben por parte de los gendarmes, y para reclamar el respeto de los derechos que les consagra la Constitución chilena. Porque la Constitución asegura los derechos fundamentales de “todas las personas”, no sólo de los que ostentan la categoría de ciudadanos (Art.19), y proclama “la igual protección” a las personas en el “ejercicio de sus derechos” (Art.19 num.3) aún cuando estas personas se encuentren cumpliendo pena de prisión. En un Estado de derecho no es admisible espacios exentos de control jurisdiccional. Pero ¿Qué pasa en nuestras cárceles? ¿Por qué consentimos que al interior del sistema carcelario reine el estado de excepción y se difuminen los derechos de los presos? ¿Es que acaso quien cae preso pierde su condición de persona? ¿O será más bien que sospechamos que nunca la tuvo y que por ello merece estar tras las rejas?
2.500 presos en huelga de hambre, 7 días. Nada en la prensa, silencio, indiferencia, mirar para otro lado. ¿Es que la cárcel entra en los medios sólo en febrero, cuando todos (los que pueden hacer algo) están de vacaciones? ¿O bien, cuando ocurre una tragedia como hace poco más de dos años en la cárcel de San Miguel, donde murieron 81 personas? Parece, en efecto, que la prisión ocupa la primera plana de la noticia a caballo de las tragedias, pero esta conjunción entre tragedia y primera plana no es un buen lugar para pensar. En efecto, cada cierto tiempo una denuncia de abusos o malos tratos, una nota del periodismo de “verdad”, un motín, una autolesión, reinstalan a la cárcel en el comentario social. Pero, en verdad no es la realidad de las prisiones lo que aparece en los comentarios sino su espectro mediático: el tema carcelario. Dispuesta como tema, la realidad carcelaria se ofrece a los discursos, instituciones y personalidades socialmente autorizadas para administrar su tratamiento. Ellos, los políticos, convocan siempre un saber previo y unos recursos institucionales siempre limitados y perfectibles. ¿Quién, de hecho, ha escuchado a algún director de prisiones, o un juez, o un burócrata decir que las reivindicaciones de los presos son injustas? Nadie. Pero, inmediatamente se apuran a agregar que ya se está haciendo algo, que “lo vamos a estudiar”, que los recursos son escasos, que los cambios jurídicos son lentos.
Así, la realidad de la cárcel es ocultada bajo la apariencia fantasmal del tema. Cada uno desde su despacho opina sobre la situación de las prisiones, cada uno exhibe su competencia en el tema a expensas de la realidad. El resultado perverso es que, al final, da la impresión que no es poco lo que se sabe sobre las cárceles, sino “demasiado”. Lo grave es que debajo de tantos saberes no emerge un problema, una situación singular que nos obligue a actuar más allá del consumo mediático de la actualidad. Y problema aquí debe significar lo que es: no una falta o inconsistencia del saber, sino un inconveniente de la realidad: algo anda mal, no funciona, algo debe ser denunciado, transformado. Realidad es que la población carcelaria aumenta vertiginosamente en Chile, realidad son la deterioradas condiciones de las prisiones, realidad es que la cárcel no es el lugar de la “rehabilitación” sino de la exclusión vitalicia, realidad son los altos índices de reincidencia, realidad es que la gran mayoría de los recursos de amparo y protección interpuestos por los presos tienen como fundamento la comisión de castigos ilegítimos por parte de funcionarios de Gendarmería, y realidad es también que casi el 99% de ellos son declarados inadmisibles cuando provienen del propio recluso. En fin, realidad es también el hecho de que el sistema carcelario crece acompañado de la industria privada que profita del mercado de bienes y servicios requeridos durante la reclusión y del control extramuros de los reos. Suma y sigue…
Mirar la realidad nos impone, pienso, un cambio que podría formularse así: no se trata de responder qué hacer con las cárceles, sino de qué hacer en las cárceles. La diferencia no es insignificante: marca el paso de los representantes autorizados a los actores sin representación, desautorizados. Puesta en esos términos, la pregunta dura poco dado que no se trata ya de interrogar en el vacío ¿qué hacer?, sino de acercase a mirar lo que en realidad se está haciendo. Esta es la lección de los presos de Colina. Desde afuera, los ciudadanos tenemos entonces un desafío: aprender a leer los hechos y procurar comprender cómo los presos han planteado el problema, y cómo han encauzado su respuesta del único modo posible, de modo práctico: haciendo una huelga de hambre masiva e indefinida, arriesgando la vida. Este riesgo es, para cualquiera que lo piense, desproporcionado respecto de una demanda legítima: condiciones dignas en las prisiones y respeto a los derechos fundamentales. Pero en él se expresa la distancia que separa a nuestra sociedad de sus cárceles, a las personas de las no personas. Ayer, 13 de marzo, los antimotines irrumpieron en la torre 4 del penal, la que fue desalojada violentamente sin mediar ninguna provocación por parte de los presos. La gente fue encerrada en el patio de la prisión. Mientras tanto afuera los familiares de los internos sufrían el acoso de los perros policiales, la agresión y el insulto ¿Hasta dónde se puede consentir esta situación? La respuesta de por sí ya está en el aire: la lucha contra los abusos que se cometen a diario en las cárceles chilenas es la lucha contra el tipo de sociedad que los produce, contra los responsables que los consienten. Si bien la huelga de hambre del penal de Colina 1 es una respuesta ante la ausencia absoluta de un debate público sobre la protección jurídica de los derechos fundamentales de los pres@s ante la ejecución penitenciaria, es mucho más que eso. Se trata de una cuestión que trasciende lo jurídico para encararnos como sociedad, a tod@s y cada una de nosotr@s. Se trata del tipo de sociedad que queremos construir, de la responsabilidad política y social ante las tremendas desigualdades que hay en nuestro país, que es desde donde crece el odio, la traición, el crimen. Ni más ni menos.
Comunicado Huelga de Hambre de los Internos
del Centro de Cumplimiento Penitenciario Colina I
Ya es de público conocimiento que el sistema penitenciario de nuestro país se encuentra sumido desde hace ya varias décadas en una profunda crisis, esta crisis se ve agudizada por el incumplimiento por parte de Gendarmería de Chile de muchos de nuestros derechos constitucionales como personas privadas de libertad, lo que nos vulnera en nuestra dignidad, además de ver perjudicada la posibilidad de reinserción social. Considerando que el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina I es una cárcel de conducta, en donde la mayoría de los internos tenemos el comportamiento adecuado, los procesos educativos y laborales acorde a lo que se nos exige para la obtención de nuestros beneficios, y ante la brusca negativa de respetar nuestros derechos por parte de las autoridades, es que desde el día Miércoles 7 de Marzo, los 2500 Internos de Colina I, hemos decidido realizar una Huelga de Hambre con carácter indefinido, exigiendo las siguientes reivindicaciones:
1.- Acabar con los tratos inhumanos y vejámenes que gendarmería realiza constantemente contra nuestros familiares en los días de visitas.
2.- Aplicar correctamente los beneficios intra penitenciarios.
3.- Aplicación de los beneficios de Salidas (Dominicales, Fin de Semana y Controlada) para quienes tengan 2/3 de su condena cumplida, de acuerdo a lo dispuesto en el Decreto 518 art. 96
4.- Aplicar un sistema evaluativo justo para la postulación a beneficios.
5.- La devolución de meses de acuerdo a lo dispuesto en la ley 19.856, de acuerdo a la observación de la Buena Conducta.
6.- Que el presupuesto sea gastado de acuerdo a las necesidades del penal tendiente a la implementación de Talleres, adquisición de materiales y herramientas adecuadas para el desarrollo del trabajo al interior del penal.
7.- Apersonamiento del Ministro de Justicia para que de cumplimiento a nuestras peticiones.
8.- Eliminación de los castigos y compromiso de las autoridades de no llevar a cabo ningún tipo de represalia para quienes participamos de la huelga.
Nos encontramos en contra de los castigos y las disposiciones arbitrarias e injustificadas que están siendo aplicadas por las autoridades que dirigen el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Colina I, nuestra lucha se enmarca en un contexto pacifico y de carácter indefinido, hasta obtener soluciones concretas a nuestras peticiones.
¡POR LA REIVINDICACIÓN DE NUESTROS DERECHOS CONSTITUCIONALES Y UN TRATO DIGNO PARA NUESTRAS FAMILIAS, PRESOS DE COLINA I EN HUELGA DE HAMBRE!
Colina, 9 de Marzo de 2012
Tercer comunicado de los presos en huelga de hambre de Colina 1
Hoy 13 de Marzo del 2012 han entrado ferozmente los antimotines a la torre 4 de la cárcel de colina 1 golpeando brutalmente a nuestros compañeros que se encuentran ahí legítimamente en huelga de hambre hace ya más de una semana. La torre 4 ha sido completamente desalojada por la fuerza sin mediar ninguna provocación por parte de nosotros y nuestros compañeros han sido puestos y encerrados en el patio de la prisión. 5 Prisioneros por torre han sido levantados del penal y se encuentran con paradero desconocido hasta ahora, sin contar los que ayer ya habían sido trasladados ilegalmente desde ahí sin avisarle a sus familiares, sin orden judicial y sin razón real de por medio. Nosotros sabemos que esta es una provocación más del señor Manríquez y el señor Toro, que a partir del levantamiento arbitrario y violento de nuestros compañeros lo único que quiere lograr es que nosotros nos violentemos, pero insistimos…seguimos en nuestra huelga de hambre, sus medidas intimidatorias no nos van a hacer retroceder en lo que creemos son nuestros derechos mínimos por los que seguiremos luchando junto con nuestras familias que no pararán de apoyarnos desde afuera y en cualquier lado.
Por otra parte hoy nuestras familiares han sido brutalmente golpeadas y atacadas con perros fuera de la corte suprema mientras realizaban una protesta pacífica, resultando dos de nuestras compañeras heridas con mordidas de los “perros policiales” y varias otras compañeras víctimas de la brutalidad policial. Ya por la tarde mientras se desarrollaban los traslados fuera de la cárcel de Colina 1 nuestras compañeras siguieron siendo golpeadas por la policía resultando varias heridas y dos compañeras detenidas; pese a todo seguiremos levantando la voz, pues la represión de la que somos víctimas nosotros y nuestras familiares no acallarán nuestros deseos de luchar por nuestros derechos hasta las últimas consecuencias.
Al Director Nacional de Gendarmería Sr. Luis Masferrer y al Ministro de Justicia Sr. Teodoro Ribera pedimos que tomen conocimiento de lo que sucede en estos momentos al interior de este penal, que respondan por el actuar brutal que Gendarmería de Chile tiene constantemente contra nosotros y que tengan en cuenta que siempre hemos tenido disposición a dialogar, no así las autoridades de la cárcel que han tomado el camino de la represión como única forma de solucionar los problemas, lo pedimos antes de que sea demasiado tarde y tengamos que lamentar una nueva tragedia, ahora en Colina 1.
A la prensa nacional e internacional les pedimos que informen de lo que acá está sucediendo, que no esperen una nueva matanza para mostrar las condiciones de las prisiones chilenas, sino que informen constantemente de lo que pasa dentro de las prisiones y el mal trato diario y vejámenes que reciben nuestros familiares semana a semana.
Hacemos un llamado urgente a los organismos de Derechos Humanos, tanto Nacionales como Internacionales, para que sigan las condiciones en las que nos encontramos los presos y lo que están haciendo con nosotros, que denuncien las golpizas y los malos tratos, los traslados ilegales, las vejaciones a nuestras familias y las condiciones infrahumanas en las que nos encontramos en las prisiones de nuestro país y que establezcan la solidaridad para con la población penal de Chile.
¡POR LA REIVINDICACIÓN DE NUESTROS DERECHOS Y UN TRATO DIGNO PARA NUESTRAS FAMILIAS, PRESOS DE COLINA 1 EN HUELGA DE HAMBRE!
hasta cuando se seguirán cometiendo estos maltratos y violaciones de los derechos humanos
las personas que se encuentran en las cárceles ya están cumpliendo un castigo por los errores y delitos cometidos pero esto no quiere decir que se les sepulte social y moralmente, así jamas tendremos una sociedad mas sana y justa, al contrario solo conseguiremos mas odio y resentimiento de aquellos que suplican una oportunidad para reivindicarse.
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hoy me encontre con este articulo, que es la realidad que estan viviendo muchas familias decentes que tienen un familiar en la carcel sea por una pension de alimento hasta por un delito mayor no inporta porque ademas de estar encerrado pagando su condena y tener que soportar estos tratos de abusos,por parte de gendarmeria o de algun gendarmen despiadado llenos de odio amargados y despues de golpear a un interno llegan a sus casas a vesar a sus hijos y disfrutar de sus familias me pregunto oraran cuando cenan resan pediran adios por que los perdone despues de golpear a un preso que no puede defenderse saben ustedes cuanta inpotencia es para el agredido y saber que nadie lo puede defender es lo que nos pasa a nosotros como familia inpotencia y rabia contra estos chacales que son peores que muchos.
si alguien sabe como ayudarme,para reclamar estos abuso aquie de dejo mi correo contabilidades_alvarez@hotmail.com
cristian
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